domingo, 28 de enero de 2018

La adopción de Búnker

Conocí a Rose Arán, mientras hacía una consultoría en una ONG dedicada a defender los derechos de la niñez. Al principio no teníamos mucho en común salvo que las dos somos comunicadoras sociales.

Pero el día en que me dijo que acababa de adoptar a un perro, todo cambió. Inmediatamente comenzaron los diálogos interminables, e imaginábamos que algún día pudiéramos contar con una fundación y un albergue para ayudar a los perros callejeros.



Le conté sobre este blog, y le dije que la historia de Búnker, su "perrihijo" sería idónea para nuestros lectores y se animó en plasmar su experiencia.

"La decisión de adoptar llegó sin darme cuenta. Yo quería un perro y como mi pareja no nos poníamos de acuerdo en la raza (él quería un Husky y yo un Dálmata)". Comenzó a seguir las redes sociales de diversas fundaciones, pero le llamó poderosamente la atención de los casos que llegaban a ProVida Animal. 

"Las historias que publicaban cambió de parecer: había perros que estaban en condiciones terribles y lo único que necesitaban era amor y cuidado".

¿Cómo adoptaron a Búnker?

Un fin de semana entre octubre y noviembre, decidió adoptar. "Empezamos con las páginas que yo ya conocía pero no había cachorros o eran hembras (queríamos machito) o ya los habían dado en adopción y entre página y página llegamos a Adopta Por Amor y entre las publicaciones de hacía un mes, lo vimos y nos pareció hermoso". 




Llamaron y les dijeron que podían ir al día siguiente a verlo, porque una familia dijo que iría a verlo pero al final no fueron, así que seguía en adopción. "La veterinaria que lo cuidó mientras se mejoraba fue Pet Village en Chanis. Creo que tomé en cuenta eso, que lo habían esterilizado, que estaba cuidado en una veterinaria por lo que había sido revisado por profesionales", añade.

En la foto donde lo vio por primera vez, antes de adoptarlo "se veía hermoso".
"Sé que es lo obvio pero se veía hermoso y hasta tímido, con una carita que se notaba que esperaba que alguien lo quisiera. Cuando llegamos a buscarlo y lo vimos, con su pañuelito al cuello, él estaba asustado y se hizo pis. ¡Me morí de amor! Nos gustó, no sé…fue tan rápido desde el sábado que dijimos: “vamos a mirar que perritos ahí en adopción” y ya encontrarlo al día siguiente que no sé, lo vimos y nos encantó".

Los primeros días

Rose vive con su prometido en una casa cercada, por lo cual cumplieron con los requisitos para darle a Búnker una buena vida. Aunque se la pasa metido en la casa, según su nueva madre humana.



El cachorro llegó con malestar estomacal, ya que aparentemente le da mareos y le da ansiedad entrar aun auto y tiende a vomitar. El primer día que llegó a la casa, empezó a investigarla a través del olfato. 

"No estaba asustado simplemente estaba reconociendo el lugar. Recuerdo que le tenía miedo a subir la escalera. Él es muy sociable, al rato de llegar Búnker a la casa, llegó mi suegro y enseguida fue a buscarlo para jugar, sin miedo", recuerda.

"Se acostumbró a nosotros rápido, se adaptó a la casa muy fácil. Entendió donde estaba su camita, donde tenía que hacer sus necesidades sin que le explicáramos casi. Le compramos algunos juguetes. No siento que hicimos algo en particular, creo que en el momento que entendió que ese era su nuevo hogar, eso fue todo. 

Eso sí, el primer día lo sacamos a pasear y le tenía terror a los autos en la calle y me pedía que lo cargara. La primera semana si le costó dar paseos, siempre quería volver rápido a la casa porque ahí se sentía protegido. ¡Ahora donde saco su correa, no puede contener la emoción! ¡Mueve la cola con tanta alegría!"

¿Cómo es Búnker? 

"¡Es caprichoso!", confiesa Rose.  "Cuando quiere comer nuestra comida, llora o ladra. Todo lo ve como juego y quiere destrozar almohadones, sillones, la base de la cama, su propia cama". 

Sus padres humanos han tratado de armarse con paciencia para educar al cachorro de la mejor forma posible. 


"Si quiere romper su cama, se la quitamos por un rato. Si sube a nuestra cama, lo bajamos y si está mordiendo mucho, lo sacamos al patio. Conmigo es muy desafiante pero porque yo soy permisiva, con mi pareja entiende que un No es un no". 

El can ha aprendido que donde están ubicado lo no puede acercarse y respetar ese espacio. 

"Intentamos también dedicarle un tiempo a la enseñanza de comandos como "Sentarse", etc. Y darle premios para que ese ejercicio de comprensión lo canse. ¡Este tiempo he leído tanto sobre perros porque queremos que Búnker sea obediente! Pero cuesta, él cree que todo es jugar y si le digo que no está bien, empieza a morder lo que encuentre y a lloriquear a modo de protesta, como diciéndote que él hace lo que quiere. A veces es como un niño chiquito".

Un giro de 180

"Haber adoptado a Búnker, ha sido un giro completamente. En parte es como si tuviese un hijo. Siempre en mi casa ha habido perros pero este es mío, su cuidado recae 100% en mí. Con el tema de la adopción, la diferencia es que siempre tengo presente que él la pasó mal antes de llegar a Pet Village y entonces lo entiendo cuando se desespera por la comida o tiene miedo a separarse de nosotros entonces a veces limitamos nuestras salidas nocturnas para que él no se quede de noche solo". 

La pareja explica que en las pasadas fiestas de fin de año, fue algo difícil, porque con la pirotecnia ni locos podíamos dejarlo solo así que se nos adaptaron a él. "Pero nada se compara a su alegría cuando te ve llegar, o su compañía en la casa o ver lo tranquilo que duerme, sin miedo a nada porque se siente protegido. Cuando ves su colita moviéndose de alegría o jugando feliz. Eso para mí no tiene precio alguno".

Adopta, no compres





Rose manifiesta que se ha vuelto pesada con sus conocidos acerca del tema de la adopción. "Les digo que no compren, que adopten que hay muchos perritos lindos y lo que te devuelven es genial. Es muy protector de la casa, también es agradecido de la protección que le damos y le dieron, porque debo decir que cada vez que va a Pet Village, sabemos que lo cuidaron con mucho amor porque se pone feliz de verlas a las chicas que trabajan ahí".

"Leímos lo que pasó él en el basurero, el miedo que tenía y saber que ahora es feliz es un sentimiento tan gratificante, que sea uno el que le cambió la vida. Basta con seguir alguna de las páginas de adopción que es imposible que no quieras adoptar, hay perros hermosos que sólo necesitan alguien que los quiera. ¡Y encima te ahorras no sé cuánta plata!"

El mensaje



"Uno quiere a una mascota por su compañía, por el amor que te da y uno devuelve. No para decir su raza y sentirse orgulloso de una marca o de cómo se ve. El perro, protegido y cuidado, es un animal súper fiel y noble, te va a proteger. Ahora imagínate un perro que pasó de estar en la calle, sufriendo, a tener comida todos los días y amor. Es más consciente, tiene un doble significado para él en comparación a un perro que nunca estuvo valiéndose por sí mismo".

Agradecemos a Rose Arán por compartir su historia con Animales Increíbles de Panamá


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