martes, 24 de octubre de 2017

Un viernes de luces, cámara y acción

Por Thalia Morales
Cortesía de Pet Studio

Loki tiene siete años. Es un chihuahua precioso que me regaló mi esposo cuando intenté tener un labrador en nuestro departamento de 95 metros cuadrados, que ahora vive con mis padres en la provincia de Chiriquí.

Es la primera mascota mía realmente y me persigue a todas partes. Él depende de mí 100%. Lo he llevado a pasear por todas las playas y tierras altas del país. Le he tomado miles de fotos, la hecho muchas actividades, hasta paddle surf. Pero jamás le pude tomar una foto buena, y es que los chihuahuas tienen fama de temblorosos y amargados. El mío no es ninguna de las dos, pero no se deja tomar fotos, porque se mueve constantemente, como todo buen chihuahua.

Contacté a la tía Liz de Pet Studio por Instagram y le había manifestado mi deseo de conocerlos y contar sobre su trabajo y hacerle una pequeña entrevista junto a su esposo, porque me pareció fascinante que se dedicaran a retratar a animales, y que contaran sobre su trabajo. Ella me dijo que llevara a mi mascota, para tener la experiencia.

Le advertí que Loki era irretratable... y Liz me aseguró que no habían mascotas irretatables. "Tráelo", me insistió.



Accedí. Llegamos a las 2:00 p.m. hora en que acordamos la cita. Al principio pensé en vestirlo con su suéter de la selección de fútbol de Panamá, pero algo me decía que mejor lo llevara con su collar, y que posara al natural. Entramos, saqué a Loki de la maletita, y comenzó a reconocer la zona.



"Debes dejar que se sienta cómodo con su entorno", sentenció Liz, mientras Loki merodeaba y reconocía la zona. Estuvo tan, pero cómodo que hizo número 1 y 2. Yo me moría de la verguenza... "No te preocupes, es normal y es hasta mejor que se siente en confianza", me decía Liz para tranqulizarme. Después de conversar un momento, poco a poco Joel, el fotógrafo y su esposo acomodaba los equipos fotográficos.

Arregló las luces... ya estaba todo listo. Solo faltaba que posara la estrella.

La historia de Liz y Joel

La pareja conformada por Liseyka Lasso y Joel Guizado se dedicaba a fotografiar a personas. Los contrataban para bodas, quinceaños, entre otros; pero se dieron cuenta de que tomarle fotos a las personas era algo complicado, porque "pedían Photoshop en todo... y eso cansa", recuerda Liz


De allí nació la fotografía de mascotas, "cuando le tomas fotos a las mascotas es diferente, ellos son lindos como lo pongas", afirma Lasso.

"La idea de este estudio es capturar a la mascota como es, más que hacer fotos de mascotas artísticas,  es lo que nos diferencia del resto".

Ya el negocio cumplirá un año en noviembre. Le toman fotos desde perros, gatos hasta loros, conejos y tortugas.

Algunas personalidades de la televisión panameña han pasado por su lente, como el caso de Rolando Sterling y su esposa María Alejandra junto a su can.

"Aquí han venido perritos famosos, perritos maltratados, y somos patrocinadores de varios clubes caninos de panamá, como el Club de Chihuahuas, Pugs, Husky, Club Felino, Pitbull, Terrier, entre otros"; destaca Liz, pero "nos enfocamos más en la mascota que en los amos".

Consejos antes de la sesión fotográfica

Antes de cada sesión de mascotas, Liz y Joel le piden a los clientes que lleven a sus animales relajados, preferiblemente después de haber caminado.

En cuando el animal llega, camina en el estudio, para que se relacione y el tome confianza a los fotógrafos.

"Si quiere ladrar, que ladre, si quiere orinar, o hacer pupú que lo haga... que haga todo lo que quiere y se ambiente al estudio, no es llegar y tomarle la foto de una vez".

Liz aconseja llevar a la sesión algún snack que le guste al animal, ya sea frutas, galletas o su juguete favorito. De igual forma, en e estudio le ofrecen a los animales treats orgánicos y agua. 

"Hay muchos dueños que traen a sus animales con ropa, igual se les toman las fotos, pero tratamos que lleven fotos con el perro al natural, tratando de mostrar que es bonito sin ropa", comenta Liz.

La sesión de Loki

La primera hora fue algo difícil. Me tocó estar al lado de Loki todo el tiempo, esto no lo reflejan las fotos. Liz le hablaba con snacks y el hacía bulla para que pusiera atención y mirara a la cámara, mientras yo lo enderezaba cuando se movía rápidamente. Joel debía aprovechar los segundos que el perro estaba solo mirando a la cámara.



Cuando el pequeño chihuahua le tomó confianza a Joel y a la cámara, quería darse besos y que lo acariciara cada vez que veía el flash. De más está decir que Liz y Joel fueron sumamente pacientes y cariñosos con Loki, y él lo percibió.




En los últimos 45 minutos, Loki se convirtió en un modelo de pasarela, como que le gustó su papel y se lo tomó en serio. Confieso que no vi las fotos hasta el último momento, confié plenamente en el fotógrafo.






Al final me ofrecieron tomarme una foto con Loki, y claro que aproveché la oportunidad.  ¡Y nos tomaron la foto más hermosa del mundo!



Todo es cuestión de tener la paciencia, la disposición e ir donde profesionales, para que puedan retratar la esencia del animal.

Loki y yo estamos sumamente agradecidos a los tíos Liz y Joel, por su amable atención.



Si quieres unas fotos espectaculares para tu mascota, contáctalos a:





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