jueves, 14 de septiembre de 2017

Ballenas en nuestras aguas

Por Thalia Morales

Confieso que tengo una leve obsesión por las ballenas. Siempre había querido realizar un avistamiento, pero no había tenido la oportunidad. Pero llegó el día. 

Fotos: Cortesía de Fundación Mar Viva

La primera vez que las vi, fue en el archipiélago de Las Perlas, en el año 2014, gracias a la bióloga de origen estadounidense Anne Gordon de Barrigón, especializada en el avistamiento de cetáceos en aguas panameñas.

Fue una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, ver saltar a estos mamíferos que pesan 40 toneladas, es inigualable. Un sentimiento de paz invadió hasta lo más profundo de mi ser. Ese día pudimos ver a unas 10 ballenas, algunas con sus crías. No estaba nada mal para ser la primera vez.

Fotos: Cortesía de Fundación Mar Viva


Sin embargo, me tocó ver algo muy usual y que no debe ser, detrás de una sola ballena había hasta cinco embarcaciones para avistarla, lo cual está prohibido según el reglamento de avistamiento responsable de cetáceos en Panamá.

Ese mismo año, estuve en el Parque Nacional de Coiba, y también experimenté apreciar a estos hermosos animales.

Un año después, le prometí a mi madre, que la llevaría a verlas; es así que fuimos hasta la provincia de Chiriquí, la que me vio nacer. Me llevé a mis padres y esposo, quienes apreciaron a estos maravillosos animales en el golfo de Chiriquí, para la experiencia contamos con los servicios de La Cocaleca, quien también realizan estos hermosos paseos.

La cuarta vez fue el año pasado, durante una visita a la isla Paridas, también en el golfo chiricano, en donde una ballena nos siguió por varios minutos en el bote en el que estábamos, mientras realizábamos pesca artesanal y la quinta ocasión, fue con Jorge Lam, de Panamá Deep Waters, con quienes realizamos un tour de pesca de fondo en la bahía de Panamá, cerca de la isla de Taboga.

Se siente algo de nervios, adrenalina y muchas ganas de llorar de lo maravillosas que son y sobre todo debido al gran tamaño del mamífero, que pueden llegar a medir entre 14 y 10 metros en el caso de las yubartas o jorobadas, que son las que más se aprecian en nuestras aguas. 

¿Lo mejor? Las he podido ver ejecutar sus acrobacias, como extensión de las aletas pectorales, golpes con la cabeza, coletazos. Eso sí, el botero debe conocer las normas del avistamiento responsable, para no dañarlas o estresarlas.

En mi caso, pude hasta escucharlas a través de un hidrófono, ya que en la zona de reproducción emite sonidos conocidos como cantos.

¿De dónde vienen y por qué?

Vicente del Cid, gerente de Mercados Responsables de Fundación Mar Viva, manifiesta que las ballenas realizan un recorrido de más de ocho mil kilómetros y vienen del sur, “para estacionarse en las aguas someras, es decir poco profundas, además de que cuentan con una temperatura cálida, lo cual lo hace óptimo para tener a sus crías”. Esto sucede entre los meses de junio hasta el mes de finales de octubre, o principios de noviembre.





Fotos: Cortesía de Fundación Mar Viva


¿Qué animales se pueden avistar?

En Panamá se puede apreciar delfín manchado de Pacífico, Orca, Ballena de Bryde, cachalote, delfín nariz de botella, delfín Calderón, Zifio De Cuver y las ballenas jorobadas, que son las que más se aprecian desde junio hasta noviembre en las costas panameñas, según cuenta Del Cid.

Avistamiento responsable de cetáceos

Para reducir la perturbación de los mamíferos marinos y respetar su espacio en el mar, la Fundación MarViva (que lidera acciones para apoyar a los gobiernos y usuarios de los recursos naturales en la conservación y gestión efectiva de los hábitats y ecosistemas marinos y costeros mediante una estructura regional, con sedes en Costa Rica, Panamá y Colombia) gracias a proyectos desarrollados de manera conjunta con nuestros aliados (como BID-FOMIN, PNUD, ATP, MiAMBIENTE y UMIP confeccionaron materiales informativos, guías y manuales de buenas prácticas de avistamiento, que se encuentran disponibles de manera digital en la página web de la fundación (www.marviva.net/publicaciones).

Fotos: Cortesía de Fundación Mar Viva


De igual forma, cuentan con una serie de charlas para los boteros de las regiones del país en donde tienen presencia, como en el golfo de Montijo en Veraguas y el golfo de Chiriquí principalmente para promover las buenas prácticas, de acuerdo con el gerente de Mercados Responsables de Mar Viva.

Considero que es de suma importancia que todos sepamos cuáles son los lineamientos para poder apreciar a los cetáceos sin dañarlos, y cuando usted vaya a uno, sepa qué está bien y lo que no es correcto. Por mi parte, seguiré con mis avistamientos cuantas veces pueda.



Fuentes: Vicente del Cid, gerente de Mercados Responsables de Fundación Mar Viva.

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